¿Nerviosa acerca de ir al ginecologo DF? Con pena lamentamos decirte que tienes que superarlo. Tu salud está en juego, especialmente una vez que eres sexualmente activa, y no hay nada más importante.

Todos tenemos que hacer cosas que no nos gustan: tomar nuestras vitaminas, levantarnos temprano, pagar nuestros impuestos, abandonar el útero…pero lo hacemos; acabamos de terminar con la mayor brevedad posible y con la menor fanfarria posible, y finalmente hace que nuestras vidas sean más fáciles y mejores.

Cuando eras una niña, ciertamente no querías recibir tus vacunas, pero tenías que hacerlo, tus padres te dijeron que no tenías opción, y en ese momento, probablemente pensaste que ibas a morir. Pero no lo hiciste Y debido a que tienes las vacunas, has evitado enfermedades terribles que podrían haberte matado.

Sí, hay cosas mucho más agradables que hacer que ir al ginecólogo, pero no es una visita de todos los días. Te recuestas, doblas las rodillas, separas las piernas, respiras profundamente y tratas de relajarte mientras tu ginecólogo mira hacia abajo. Por lo general, toma menos de dos minutos, aunque los nervios pueden hacer que se sienta como quince minutos. No es doloroso, solo es un poco incómodo.

Pero para que todo sea menos desalentador, es decir, más cómodo y menos incómodo, trata seguir nuestros siguientes consejos:

1. Consigue un espejo y comienza a explorarte a ti misma. Suena incómodo también, pero cuanto mejor conozcas tu propio cuerpo, más poder tendrás. Los médicos a menudo dan miedo porque tienen todo este conocimiento que tú no tienes. Incluso es recomendable que te palpes. Siente dentro con tus dedos. Vaya, seguramente lo haces al tomar una ducha. Esto te familiarizará con la sensación, cuando sea el turno de tu ginecologo DF de hacer el examen necesario.

2. Ama tu vagina. Sabemos que hablar de espéculos y labios puede sonar extraño, pero no hay nada grave en tu cuerpo. Intenta tener pensamientos felices y positivos sobre tu cuerpo, especialmente sobre tus genitales; aprende a amarlos, y luego querrás encargarte de ellos yendo al médico con regularidad.

3. Acude con un médico altamente recomendado. Pregunta a tu alrededor y descubre quién de tus amigas y familiares tiene un excelente ginecólogo; luego, suponiendo que esté en la red de tu compañía de atención médica, acuda con ella. Y nos referimos a ella, no por mujer sino por ser una persona que pueda empatizar con las partes de tu cuerpo y no inadvertidamente hacerte sentir aún más consciente de ti misma mientras tus pantalones están abajo realmente hace la diferencia, al menos en la mayoría de las mujeres.

Pero el hecho de que un ginecólogo sea una mujer no significa automáticamente que vaya a tener un excelente trato con los pacientes de cabecera (por lo que necesita la recomendación personal), así que no te dejes engañar.

Otra forma de conseguir a un excelente ginecologo DF, si no hay quien te recomiende uno, es buscar en internet. Así como lo lees. Los mejores doctores se pueden encontrar en su propia página en línea. Por lo regular, allí puedes ver todo lo relacionado con su experiencia, sus títulos, tratamientos y hasta experiencias de sus pacientes. Añade una estrellita más si el diseño de su página web te atrae. Este tipo de doctores se mantiene innovando y cercano a sus pacientes. Y eso se puede notar tan sólo con una simple página web oficial.

4. Haz que un amigo cercano o un miembro de tu familia sea tu apoyo. Explícale que estás nerviosa y pide ayuda. Haz la cita de acuerdo al día en que pueda venir contigo. Si estás realmente asustada, pídele que acuda a la sala de examen contigo (sólo obtén autorización de la oficina del médico de antemano). Haz que sostengan tu mano, hagan contacto visual con tus ojos y te distraigan con una pequeña charla durante el examen. No te preocupes por ser percibido como una cobarde, mientras se la manera en que te haga sentir mejor y te mantenga en la mesa de examen, eso es todo lo que importa. Si estás allí, no eres una cobarde.

5. Dile a tu ginecologo DF que estás nerviosa. Suena básico, lo sabemos, pero si sabe que estás nerviosa (¡y tu acompañante será una pista!) puede hacer un esfuerzo especial para hablarte de lo que hace mientras lo hace (los mejores ginecólogos hacen esto por rutina, que es solo una razón más para obtener una recomendación).

6. Aprende a relajarte, física y mentalmente. Toma algunas clases de yoga, haz tus ejercicios de kegel, adquiere el hábito de respirar profundamente y haz abdominales, porque cuanto más tensa estés, más incómodo será.

7. Programa tu cita por la tarde para que puedas ir a almorzar y tomar una copa de vino primero. Luego, asegúrate de tener algo divertido que hacer con tu amigo o amiga después, para que tengas algo que esperar. Pero haz un pacto contigo misma de que no puedes hacer lo divertido a menos que vayas al médico primero.

8. Comprueba por ti misma: Si crees que existe la posibilidad de que tu ansiedad provenga de algún trauma pasado que no hayas tratado emocionalmente, busca terapia profesional (esto no quiere decir, por supuesto, que tu ansiedad necesariamente tenga una causa raíz; es perfectamente natural estar nerviosa por una visita al ginecólogo sin ningún trauma del pasado).

9. Piensa siempre que es por tu bien. Cuando quieras echarte para atrás, recuérdate a ti misma que es para que tu cuerpo se encuentre sano. Y, no por ser negativos, sino proactivos, recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar. Incluso aunque te sientas bien, puede haber algo en ti que no está funcionando de la manera en que debería, o que necesita algún tipo de atención. Enfócate en lo bueno, y en que pronto terminará el examen o visita médica, y así el tiempo no se alargará, podrás mantener tu mente en un objetivo y la próxima vez recordarás que no es tan malo como pensabas.